¿Quieres tener al personal motivado? No cometas este error

personal motivado
Indice del artículo

Una y otra vez en las empresas me veo a los jefes obsesionados con la motivación del equipo.

Pero con un error de bulto que no quiero que cometas tú.

Mira éstas tres preguntas que me hacen en la formación de una empresa:

¿Cómo mantener motivado a mi propio equipo?

¿Cómo motivar a mi equipo (incluso a mí mismo) en situaciones en las que no tengo nada positivo que ofrecer a corto y medio plazo?

¿Cómo transmitir positivismo cuando lo requerimientos no son los más halagüeños?

Y luego me dicen: ¿Y quién motiva al motivador????????

No, no y no por favor.

Es un objetivo irrealista el querer tener a todo el mundo contento.

Cada uno tiene sus motivaciones y sus situaciones personales.

Marcarte esa expectativa es sólo una fuente de presión y frustración que no le hace nada bueno a tu salud.

No es tu responsabilidad el motivar a tu equipo.

La motivación del palo y la zanahoria está obsoleta. No funciona. Es sólo un complemento, no la estrategia.

No tienes que ser continuamente el polo positivo con la obligación de contagiar y ofrecer cosas positivas a los demás.

Que la motivación no funciona así.

Mira, caso realísimo de ayer mismo en una reunión con una empresa cliente.

Una buena empresa, que paga puntualmente a sus trabajadores, que paga bien y que trata bien a su gente.

Y en la reunión un trabajador me dijo lo siguiente:

Víctor, cuando uno no llega a final de mes, es muy difícil que no te afecte.

Estás trabajando y te afecta. Y esto no tiene nada que ver con la empresa.

Estoy muy contento con ella.

Entonces, tú no puedes ser dios.

Cada persona tiene su vida y sus cargas en las que uno mismo se mete.

¿Se puede ayudar a esa persona?

Por supuesto. La empresa puede, si quiere adelantarle nóminas para afrontar sus compromisos.

Pero si es una persona que no administra bien sus finanzas, por mucho que le des, igual no sale de ahí.

Por lo tanto, hoy te comparto la estrategia de 5 puntos de cómo yo trabajo y enfoco la motivación en las empresas.

La estrategia que implanto en las empresas y que mejores resultados me da.

Y que adicionalmente hace que los jefes se sientan con menos presión y con las ideas más claras.

Al lío.

Lo primero, marcar un objetivo realista de motivación.

Igual que no se puede erradicar al 100% el chismorreo yo asumo que no se puede tener al 100% del personal contento.

Por todo lo que te he dicho anteriormente. Cada uno tiene su vida.

Ahora bien, a mí me gusta pactar con el equipo la meta de mantener un nivel de entre 7 y 8 de motivación.

Y digo pactar porque los objetivos no se pueden imponer.

Mejor dicho, en muchas empresas se comete el error de imponer, pero ya sabes que cuando el equipo no ve el objetivo realista, tampoco se motiva ni se compromete con él.

Por lo tanto, a mí me gusta plantear un objetivo que me parece realista, contrastarlo y explicarlo al equipo y conseguir su compromiso a cambio de las herramientas que les voy a ofrecer.

Porque para exigir algo también hay facilitar recursos. Así entramos en el punto dos.

Segundo. Facilitar las herramientas para conseguirlo.

De forma natural, la motivación de cualquier persona sube y baja a lo largo del día como lo hacen sus estados de ánimo.

La famosa montaña rusa emocional.

Entonces, yo no soy el responsable de motivarte pero sí de darte las herramientas para que tú puedas gestionar tu motivación frente a los desafíos del día a día.

Ese sí es mi trabajo. La formación y educación emocional.

Y es algo que la gente agradece enormemente a su empresa, porque aprender a gestionar tu motivación y estados de ánimo no solo mejora tu rendimiento en el trabajo.

Te lo puedes llevar a cualquier ámbito de la vida que mejorará tus decisiones y calidad de vida.

Así que para mí, motivar al equipo significa educarlo y facilitarle herramientas para que sepan gestionar la presión y a adversidad con la cabeza fría.

Tercero. Cuido el liderazgo y la comunicación en el día a día.

Está demostrado que la motivación laboral de cualquier persona depende en un 70% de la gestión y el trato de su jefe inmediatamente superior.

Porque es el día a día lo que nos quema o nos impulsa.

Repito, el día a día, no una charla motivacional de 2 horas.

A la gente le gusta sentirse valorado, querido y con la confianza de su superior, porque de la calidad de esa relación depende su estabilidad laboral y económica.

Por lo tanto, como trabajo en las formaciones de liderazgo:

Es más importante aprender a no desmotivar que aprender a motivar.

Es más importante que los jefes corrijan los errores que más desmotivan a su equipo a que se conviertan en excelentes oradores.

como tener al personal motivado

Cuarto. Cuido la meritocracia.

Como me decían ayer en la reunión.

Que se valore más al trabajador que se lo merezca.

Aquí si entran los salarios, pero más que los salarios, los incentivos o gratificaciones por rendimiento.

Una cosa que desmotiva y mucho es que todos cobren lo mismo cuando unos se parten la cara, otros vienen a echar sus 8 horas (y punto) y otros no hacen más que escaquearse lo máximo posible.

Por lo tanto, es importante establecer indicadores de rendimiento claros. Que la gente los entienda y los valore como justos.

A partir de ahí, yo planteo un salario mínimo por cada nivel de la empresa, que te pago si haces lo mínimo.

Ahora, si te entregas más, eres más eficiente, más rápido, más puntual, más cuidadoso con tus herramientas y con el cliente, pues todo eso tiene su recompensa económica.

Y por otro lado, MUY IMPORTANTE, si no cumples con lo mínimo reiteradamente, también tiene su consecuencia.

No es que te vaya a quitar dinero de la nómina, pero sí que tendrás las repercusiones de la aplicación del reglamento interno.

Eso sí, gestionado con humanidad y firmeza.

Si una persona acaba saliendo de la empresa, será por deméritos propios.

Quinto. Cuido el entorno laboral.

Al igual que facilito recursos y educación a los jefes para que sean mejores líderes, también facilito educación al personal base para trabajar el chismorreo, el mayor cáncer de la empresa.

Los equipos agradecen que se les de herramientas para afrontar los problemas del día a día con mayor seguridad y confianza.

De nuevo, porque ese tipo de educación no pierde vigencia. No queda obsoleta con el tiempo. Además, donde primero lo aplican es en su vida personal.

Una formación que impacta positivamente en sus niveles de motivación, de compromiso y de fidelidad con la empresa.

Que impacta en la productividad y en la rentabilidad porque se cometen menos errores y se pierde menos tiempo con ellos.

Una formación que también fomenta un entorno de trabajo más positivo, impacta en la reputación de la empresa y hace que más gente buena quiera venir a trabajar contigo.

En definitiva, si te das cuenta, la motivación no puede ser la responsabilidad sólo de los jefes.

La motivación es un aspecto complejo, individual y que requiere un enfoque con diferentes líneas de trabajo para que sea efectivo.

Nada más, como siempre, espero que te haya resultado útil.

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Víctor Pacheco Bernal
Formador especializado en gestión de emociones y equipos, con más de 15 años de experiencia directiva en varios países. Director de la Consultora Activa Talento. Profesor de habilidades directivas de varias escuelas de Negocio. Ingeniero Técnico de formación. Master MBA en Dirección y Administración de Empresas, Master Internacional en Coaching, Coach profesional certificado por la ICC y ASESCO, Trainer de PNL acreditado por la NLP International Trainers Academy (Londres).

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