Caso de Éxito
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# cultura organizacional
# inteligencia emocional
El Ventorrillo del Chato es un restaurante icónico de la provincia de Cádiz, un “pata negra” de mucha solera que se abrió en torno al 1780.
Se le atribuye la invención de la tapa por una anécdota con el rey Felipe VII.
Siempre adelantado a los tiempos y manteniéndose en el “lado alto de la tabla”.
Para José Manuel Córdoba, su propietario, las personas y el conseguir un equipo unido, contento y comprometido siempre ha sido su prioridad.
Conocí a Jose Manuel en un evento empresarial en el 2014. Unos días más tarde nos tomamos un café para hablar sobre un problema con el personal.
Y a las pocas semanas comenzamos un estudio de clima laboral que sería el inicio de un proyecto de transformación de 4 años de duración.
El estudio de clima, mediante entrevistas personales y privadas, nos permitió obtener una foto de situación bastante fiable con indicadores clave.
Lo más positivo es que el 97% del personal se sentía orgulloso de trabajar en ese restaurante por su calidad, reconocimiento y prestigio.
En lado de las mejoras nos encontramos que fallaba la comunicación, el liderazgo y en consecuencia el compañerismo y el ambiente de trabajo.
También echaban en falta la posibilidad de formarse y crecer en la empresa.
Así que diseñamos un plan de acciones priorizado y organizado por fases y nos pusimos manos a la obra.
El objetivo era resolver uno a uno los problemas identificados para lograr el mejor ambiente de trabajo posible.
Comenzamos en diciembre de 2014 con la primera acción:
Tras ese primer impacto implantamos un sistema de reuniones mensuales de equipo para unir, solucionar problemas e implantar herramientas profesionales de RRHH.
A partir de ahí, mes a mes fuimos trabajando diversas acciones:
Nunca olvidaré que en la primera reunión que hicimos con el personal, la única persona que creía en el proyecto era el propio José Manuel Córdoba. Mi mayor satisfacción es cuando salí de allí esa estadística se había invertido al completo.
Aquí te dejo los principales logros:
Desde que implantamos las reuniones mensuales en enero de 2015, mejoraron las 4 C: la comunicación, el compañerismo, la cohesión y el compromiso. Como expresó el propio Jose Manuel tras la temporada de verano: “hemos tenido el verano más fuerte de los últimos años y sin embargo ha sido el verano en el que mejor hemos trabajado y con el mejor ambiente”.
Con un mejor liderazgo y compromiso se reducían los fallos, las pérdidas de tiempo y las mermas de materia prima. Por el contrario, mejoraban la productividad, la calidad del servicio, la atención al cliente, el ticket medio y la rentabilidad neta del restaurante.
Las mejoras logradas a nivel interno también se reflejaban a nivel externo. Los trabajadores eran los primeros que hablaban bien de la empresa. Las charlas que daba el propio José Manuel en la Escuela de Hostelería también contribuían a que muchos jóvenes quisieran trabajar en su empresa. Efecto, que se veía potenciado por la propuesta de valor para el empleado en la web y su difusión en las RRSS.
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